Todo acaba por perderse
la piel, los huesos, hasta el alma
y esa pérdida no es catástrofe
Hay que saber perder en un segundo
todo aquello que nos posee
Por las calles voy andando
con un atuendo suelto
Nadie se acerca; todos lejos
con sus miradas en los suelos
Voy ligero de penas
sin pesadas agonías
Veo silencios, vacíos espacios
de infinitas noches oscuras
Aferrados a su duro cemento
aspiran a esquivar su deceso
Me enardece el aplauso
de todos lo que aman lo vivo
Calles vacías, sin ruidos, sin humos
sembradas de miedos, de huecos
en días y noches de largas ausencias
Distancias, lejanías infinitas
No sabe de fronteras, ha nacido sin ira
para sobrevivir hiriendo a los vivos,
ciego, recorre todos los mundos
Ha venido para sangrar a los frágiles,
para quitarles todos sus alientos
En un segundo volverá a su letargo,
mostrándonos el valor de lo humano
sin pesadas agonías
Veo silencios, vacíos espacios
de infinitas noches oscuras
Aferrados a su duro cemento
aspiran a esquivar su deceso
Me enardece el aplauso
de todos lo que aman lo vivo
Calles vacías, sin ruidos, sin humos
sembradas de miedos, de huecos
en días y noches de largas ausencias
Distancias, lejanías infinitas
No sabe de fronteras, ha nacido sin ira
para sobrevivir hiriendo a los vivos,
ciego, recorre todos los mundos
Ha venido para sangrar a los frágiles,
para quitarles todos sus alientos
En un segundo volverá a su letargo,
mostrándonos el valor de lo humano
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