lunes, 21 de diciembre de 2015

Reflexiones en torno algunas obras de teatro del Siglo de Oro


La vida es sueño, de Calderón de la Barca.: http://www.youtube.com/watch?v=9- YNzv6aeSc&list=UUAQH04GK7-OfQC6nkzAucLw&index=5&feature=plcp

Su temática es filosófica: ¿quién decide el destino o el carácter? Segismundo representa la fuerza arrolladora de la voluntad (el carácter, el libre albedrío), que finalmente se irá imponiendo al designio de los astros. Basilio representa al destino, a lo que tiene que ser. Las fronteras entre la realidad y el sueño son borrosas. De la luces del humanismo a las sombras del barroco. La excesiva luz –el perfeccionismo, el antropocentrismo, el optimismo- tiene su reverso; un despertar desengañado. Así, “sueña el rey que es rey” y un día tenemos que despertarnos para darnos cuenta que somos hombres. Seres humanos que nos enfadamos, que somos tanto demonios como ángeles. Nos atenazan las pasiones, las inseguridades, las diferentes identidades, la necesidad de interiorizar el honor… Al final, nos salvará el amor. La falta de amor nos hiere. Segismundo puede renacer con Rosaura y Estrella: le permite saber que “yo soy quien soy”. Los límites nos asedian, mientras la sed de eternidad nos define. De la prisión oscura a la posesión de más vida, de más libertad. Darse cuenta que la luz emana  las ficciones (¿Qué es la vida? Un frenesí/ Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción y el mayor bien es pequeño: que toda vida es sueño y los sueños, sueños son). Yo añadiría que ficciones necesarias, porque como Machado entendió: “todo lo que he pensado es mentira/ pero menos mal que me he dado cuenta tarde”

El gran teatro del mundo, de Calderón de la Barca: http://youtu.be/mpfLtR3kcBI

Escrito entre 1630 y 1635 nos permite acercarnos a la estética barroca (en la escena, el lenguaje y los personajes). El tema principal es la analogía de la vida con el teatro. La analogía, a diferencia de la metáfora, implica unas trabazón conceptual estructural. La vida es un teatro y a cada uno nos corresponde un papel, representar nuestra función para que toda la obra tenga sentido. Cuando un personaje no cumple su función (persona proviene del griego “prosop”, máscara) la función se resiente. Al principio de la función nos vestimos de una determinada manera para desvestirnos al final de la función (“hay una entrada y una salida”). Hay un trasfondo filosófico –la idea del mundo como representación-, pero también hay una determinada valoración teleológica: la brevedad y la inanidad de la vida.
Por otra parte, hay un alegato contra los poderosos (rey, riqueza y hermosura) que con la muerte segura los desmonta (Ya acabo tu papel/en el vestuario ahora/ del sepulcro iguales somos/ lo que fuiste poco importa). Creo que una innovación a tener en cuenta es el metateatro (teatro dentro del teatro).

El alcalde de Zalamea, de Calderón de la Barca: https://youtu.be/V_I6j_ipyNc

El tema central es el honor. Isabel, joven y bella, tiene dos pretendientes: Don Mendo (hidalgo) y Don Álvaro (capitán violento y sin escrúpulos). Isabel rechaza a los dos, pero Don Álvaro la viola. A partir de ese momento, la honra sólo puede ser resarcida con el matrimonio o con la venganza. La venganza del alcalde (poder civil) se enfrenta al estamento militar, que protege al díscolo capitán. En cuanto a la justicia se produce un conflicto entre dos poderes y, por otro, lado hay una clara referencia a un código moral que tiene que estar por encima de la legalidad. El amor bascula entre un matrimonio con honra y los instintos depredadores del capitán: no hay un eros, ni siquiera una philia.   

El Burlador de Sevilla, de Tirso de Molina: http://youtu.be/pqZkqVioVuY

Con esta obra se inaugura el mito del donjuanismo. Un determinado tipo de hombre que se burla de las mujeres. Después de su primera conquista, Isabela en Nápoles (“soy un hombre sin nombre”), huye hasta llegar a Tarragona. Allí, enamora a la joven Tisbea, prometiéndole matrimonio. Al no cumplir su promesa tiene que huir hacia Sevilla. Enamora a Doña Ana y mata a su padre. Finalmente en una boda campesina enamora a Arminta, que estaba a punto de casarse. En la Iglesia se le aparece la estatua del comendador que mató. Hay un final trágico, con la mano del comendador conoce el fuego del infierno (“no hay deuda que no se pague, ni plazo que no llegue”). Hay un tipo psicológico determinado. No hay perdón, su soberbia, su falta de empatía, su aplanamiento moral, su incapacidad de apego, su artimañas para la conquista o la utilización de la mujeres como una forma de alimentar su deseos son rasgos que nos permiten entenderlo como un narcisista con ciertos rasgos histriónicos y psicopáticos.
Por otra parte, el Don Juan de José Zorrilla puede salvarse por el amor de una mujer (Doña Inés). Podemos analizar la tensión de un barroco descreído, satírico y burlón con un romanticismo que aspira a un ideal, a un perdón. La tensión entre un realismo descarnado y un idealismo purificado nos permite comprender gran parte de la producción literaria.

La Dama Boba, de Lope de Vega: https://youtu.be/xye3LEPFOKY


En el juego escénico contrapone dos tipos de mujeres: una culta (“bachiller”) y otra necia (“hacer y decir desatinos”). Hay una antítesis de dos formas de ser y dos formas de comportarse en relación al amor. Hay dos galanes y la historia alcanza su cenit cuando la necia se enamora del pretendiente de la culta. En este momento se produce una metamorfosis: la necia por amor se hace inteligente y culta. Junto con el poder transformador del amor (“es inteligente y astuta”) se asocia la capacidad del ser humano por edificar su propio destino. Más allá de las condiciones dadas –que nos encadenan- las mujeres pueden alcanzar sus fines. El amor se une a la libertad, a la posibilidad de escoger cada uno su propio destino, trascendiendo de nuestras propias limitaciones (tanto personales como circunstanciales).

La Viuda Valenciana, de Lope de Vega.: http://youtu.be/vu_5b09bHXw

Una comedia urbana. La historia se sitúa en Valencia, en donde Leonarda –seudónimo de una mujer valenciana que existió- es una viuda. Es una mujer culta, rica, inteligente y bella. Se propone mantener relaciones a ciegas con Camilo, que tiene el mismo nombre que su marido difunto. El amor carnal, sin visión, permite abrirse de distinta forma al amor. Leonarda y Camilo se ven de día, pero Camilo no se siente entusiasmado con la “viudilla intratable”. Después descubre a su amante a ciegas (“Por quien soy, de vos me cubro”). Finalmente, acaba queriéndose y amándose.
En esta obra conocemos al personaje de Leonarda a través de sus reflexiones y con las miradas de los otros. Vamos desvelando su identidad a lo largo de la obra y cómo el sentimiento del amor lo justifica cualquier acción humana. El amor es impetuoso, es difícil de controlar y arrasa con los vacuos impedimentos (“una mujer con amor deshará todo el derecho”). La mujer tiene un papel protagónico, el hombre queda relegado a objeto amoroso.

Entre Bobos Anda el juego, de Rojas Zorrilla: https://youtu.be/O8EtJxc0AJI

El dramaturgo nos presenta mujeres desbordadas y unas pautas de conducta ajenas a la moral convencional. Inaugura la comedia del figurón, en donde se caricaturizan a determinados personajes. La obra aborda un tópico frecuente: un matrimonio de conveniencia, que el padre pretende para su hija Isabel. En escena aparecen nuevos personajes: dos pretendientes en liza, que Isabel no los soporta. Ella está enamorada de Don Pedro, pero tiene el inconveniente de ser pobre. Se producen una serie de equívocos y brotan los celos. Los celos hacen que el pretendiente rico, a modo de castigo, disponga el matrimonio de Isabel y Pedro. Piensa el rico que les condena a la pobreza (“el amor acaba luego, nunca la necesidad”). Se dirime el poder del dinero para comprar la felicidad y el amor. Paradójicamente, el castigo se convierte en una bendición: ha triunfado el amor por encima de la necesidad económica. Los valores que subyacen implican la emancipación de la mujer, la posibilidad de escoger su propio destino y de un claro rechazo de los matrimonios de conveniencia.

jueves, 1 de octubre de 2015

Poesías septiembre



Edad etérea

Luceros anfibios, espectrales
hundidos con negros y azules
en abismales espacios estelares
aleteados con un viento helado

Centro ingrávido para mis desdenes
espacio blanquecino y enhiesto
en tiempos airados de sudores
deseándote con ardiente deseo

Todo se alterará con la edad etérea
marchitado con el tiempo iracundo
el fugaz gozo instintivo
será una huella borrosa en la tierra


Blaise Pascal

Una caña que piensa
entre la grandeza y la miseria
desterrando la luz de la verdad
habitando en las sombras de la falsedad

Haciendo de la complejidad
un reto para la integridad

El error es el exceso;
llevar la duda hasta el ridículo,
la demostración al sinsentido
o el sometimiento sin criterio

Sumisión y osadía:
los límites de la vida

Podemos ver con el corazón
en el letargo de la razón

Lo absurdo es el exceso,
el amor atiende a lo borroso

miércoles, 16 de septiembre de 2015

sábado, 5 de septiembre de 2015

Poesías inicios de septiembre




Me gustas desnuda

Me gustas desnuda
con tu cálida mirada
sin telas ni artificios
con el salitre de la noche
escondido en tu aliento

Me gustas desnuda
con tus nortes erizados
impetuosos y valerosos
Con el azar del destino
amarrado en tu entraña

Ahuyentar la pena

Necesitaba esquivar mi pena
con la sal de tu lágrima

Saborear tu presencia
sin miedo a la ausencia

Una correspondencia extraña
un ansía mil veces repetida

Agazapada en la mar espumosa
con la bruma espesa de la memoria




lunes, 31 de agosto de 2015

La prosocialidad

-->


La definición de prosocialidad

La prosocialidad es un tipo de conducta que se define en relación al receptor. En este sentido, “la mirada prosocial” dependerá de las respuestas (conductuales, cognitivas y emocionales) del receptor. Así, al centrarnos en las consecuencias más que en las intenciones se plantea la posibilidad de adquirir ciertas habilidades. La prosocialidad implica la capacidad agente, es decir la acción consciente para adquirir unos hábitos que nos permitan actuar, más allá de nuestro propias necesidades, para constituir una “comunidad cimentada en la reciprocidad, solidaridad, creatividad y en la responsabilidad”.

El piloto automático en nuestra cotidianidad

Actuamos –en la mayoría de las ocasiones- con patrones adquiridos, con el “piloto automático” inconsciente. Arropándonos con nuestros hábitos nos resistimos al cambio. Las conductas prosociales requieren un esfuerzo.
El primer paso para desprogramar el piloto automático es “tomar consciencia” de nuestras conductas, pensamientos y emociones. No se puede disociar lo que hacemos de lo que pensamos y sentimos. Así, un cambio exitoso requiere lidiar con las emociones, las conductas y los pensamientos. El segundo, consiste en observar las señales que nos ofrecen los receptores para centrarnos en sus necesidades.

La práctica de la prosocialidad

Las habilidades de la prosocialidad nos permite crear una “comunidad cimentada en la reciprocidad, solidaridad, creatividad y en la responsabilidad”. La prosocialidad, como práctica conductual, ha crecido al albur de una determinada concepción ética. Una concepción ética que implica una clara posición vital: “tú estás bien-yo estoy bien”. El mismo concepto apunta a la naturaleza social del hombre, pero no como un ente que únicamente aspira a cubrir sus necesidades, sino como “agente” que más allá de razones extrínsecas y materiales apunta la reciprocidad positiva y solidaria. La ética de la responsabilidad, como contrapunto de la ética del éxito, aspira a relaciones sociales consecuentes. Una ética de la responsabilidad implica una acción proactiva, de una ética del cuidado del otro.

La asimetría de la ayuda

Para eludir la inevitable asimetría, entre el que ayuda y el que recibe la ayuda, la ética de la responsabilidad implica ir más allá. Los objetivos se constituyen conjuntamente, no existen atalayas privilegiadas para aquellos que se atribuyen la potestad de saber las verdaderas necesidades. Inclinar la mirada hacia el “otro” implica que el objetivo de la prosocialidad no sea un artificio para el éxito –social, laboral o económico-, sino un hábito que se adquiere con la consciencia que el bienestar es una actividad que se construye en comunidad.
La prosocialiad se asienta en una ética de las consecuencias, en la medida que una ética de las buenas intenciones puede saciar nuestro desasosiego interno, pero no ser efectiva en la cotidianidad. Se trata de no caer en el juego psicológico del “salvador”. El receptor tiene su propia luz y una conducta prosocial implica atender al otro respetando su propia idiosincrasia. 

La solución prosocial

La solución prosocial implica un equilibrio entre:
            a.- Necesidad de justicia, orden, autoridad –pax romana-.
            b.- Armonía interior del grupo –paz griega-
Este equilibrio dilucida el debate entre una ética del éxito (adaptación al entorno) y una ética de la responsabilidad (atender a los principios y convicciones del grupo). No es fácil el equilibrio entre las demandas de la autoridad –orden- y los requerimientos emocionales, cognitivos y éticos de cada uno. Como equilibristas tenemos que transitar en la cuerda tensada entre las demandas externas y la autenticidad en relación a nuestros propios valores.
Desde una perspectiva conductual se pueden proponer las siguientes acciones prosociales: ayuda física, el servicio físico, la ayuda verbal, el consuelo verbal, las acciones de dar y compartir, la confirmación y valorización positiva del otro, escucha profunda, empatía, solidaridad y presencia positiva y unidad.
Se necesitan más habilidades que estrategias. Los hábitos –una segunda naturaleza para Aristóteles- se adquieren en la práctica. Un aprendizaje constante que nos permite adecuar nuestros estilos comunicativos al contexto y a cada persona en particular.

El liderazgo prosocial y la optimización

Un líder prosocial tiene que potenciar todos sus roles: de formador, líder, dirigente, compañero, subalterno, amigo, padre, madre, experto, etc., de herramientas personales de autodiagnóstico y optimización para aplicarlas en todos los contextos donde se relaciona interpersonalmente. Un líder prosocial requiere flexibilidad  -de adoptar diferentes roles- y en la transferencia de las habilidades en los diferentes ámbitos.
La optimización se define como “potenciar la máxima posibilidad”. Hacer acto las potencialidades, crear un terreno fértil para que las semillas puedan florecer en todo su esplendor. La optimización trata de mejorar lo que existe. Se propone el siguiente procedimiento: conocer el entorno, construcción de una matriz de posibilidades, el diseño de un plan de acción y la autoevaluación.
Las diferentes teorías del liderazgo se han focalizado en diferentes aspectos: en las características del líder, en la teoría carismática, en los estilos de liderazgo y en la importancia de las situaciones dadas. La mayoría de las teorías del liderazgo son axiológicamente neutras, es decir no se plantean los valores éticos. La asepsia científica no puede argüir nada en relación al lado perverso y oscuro del liderazgo.
El liderazgo prosocial se compone de dos conceptos fundamentales. “Pro” que se refiere a una “influencia positiva y efectiva, con metas constructivas que sirven al bien común”. Las intenciones, la visión y los objetivos del líder son positivos (“pro”), crean o añaden valor. El segundo concepto es de “social”, en cuanto sus acciones atienden a las necesidades de un grupo más amplio en vez de atender a los intereses personales o de un grupo más limitado. Así, el liderazgo prosocial cambia y traslada el foco de evaluación del líder a aquellos a quien sirve. 
Un buen líder debería ser por naturaleza prosocial y sus objetivos tendrían que estar al servicio de una optimización cívica. En todo líder hay dos facetas, que habitualmente suelen solaparse: el líder como la persona que es capaz de conseguir los objetivos (adecuar lo medios y aunar las voluntades individuales en la consecución de un fin) y la capacidad teleológica, de proponer fines dignos de la vida humana. La dignidad se alimenta de la categoría de sentido (más que con la categoría de verdad –que implica adecuación de la proposición lingüística con la cosa-). Mientras la consecución de los resultados se refieren a una ética del éxito, el diseño de los fines o objetivos se refiere a una ética de la responsabilidad.
Romper la esclerosis que produce unos hábitos arraigados no es una tarea sencilla. El liderazgo prosocial tendría que ser capaz de subvertir el orden establecido para resquebrajar los círculos viciosos.
· Un líder prosocial trabaja para identificar y articular objetivos comunes clave.

· El liderazgo hace que las personas se comprometan y se ocupa de empoderarlas, por lo que se requiere conocer y entender sus objetivos así́ como sus talentos. Conocer qué pueden hacer las personas y qué quieren es lo que ayuda a crear una visión efectiva y colectiva. A partir de la visión, los objetivos específicos deben ser remarcados, evidenciados y acompañados y a veces dirigidos por los lideres, y no simplemente esperados. 

· Los lideres prosociales comunican los elementos positivos de estos objetivos y crean la situación para conseguirlos, así como analizan y comparten el coste que puedan tener. El líder prosocial ha de reconocer y explicar el valor y el coste en la consecución de los objetivos, prestando también atención a aquellas personas que puedan sufrir durante este proceso.

· El líder prosocial muestra un compromiso en el desempeño necesario para alcanzar los objetivos. Por este motivo el liderazgo debe ir acompañado de una buena gestión. La resiliencia, el modelado, el carisma y el coaching ayudan a la persecución de los objetivos.
· Los lideres prosociales aceptan la responsabilidad de sus acciones, así́ como la de los resultados conseguidos. Los lideres prosociales son buenos gestores. Un liderazgo visionario o carismático sin habilidades para implementar los objetivos puede llegar a ser contraproducente. Un buen líder se convierte en buen jefe siendo consciente y disciplinado.




















sábado, 22 de agosto de 2015

Poesías nórdicas


El pájaro de acero

El pájaro de acero
con su ruido airoso
rescata al enfermo

Todos atónitos, imaginando
sintiendo el dolor ajeno
vuela, vuela para ser salvado

La voluntad del tiempo

Nos alimenta lo inesperado…
y lo lejano nos asusta

Somos marionetas del destino…
reos de la injusticia

Hijos del tiempo…
guerreamos contra la nada

Extraviados en el abismo…
el melódico suceder nos alimenta

El destino

Un titán impetuoso
que condesa la vida en un segundo

Un mortal risueño, curioso
que habita silencioso el momento

Un vaivén oscilante
en un equilibrio inestable

viernes, 14 de agosto de 2015

Nietzsche: un pensador sin caricias

--> Introducción

“Cada obra de arte surge de una herida en el alma del artista”
Silvia Plath


La creación tiene lugar en la fase perceptual del pensamiento. Vemos el mundo como lo percibimos, no el mundo tal como es. En todo proceso creativo hay una elección: se apuesta por una determinada hebra (variable, punto de vista, intuición…) para manejarse con la complejidad. Nietzsche es un pensador que en base a una intuiciones -voluntad de poder, el eterno retorno, la muerte de Dios y el superhombre- lidia con la complejidad. Es póstumo porque cree que sus ideas pertenecen a un tiempo que no es el suyo. Heidegger afirma que “pensar es dudar uno de sus propias convicciones”. Nietzsche tiene capacidad de pensar, de situarse en los límites para legarnos “una forma de ver” digna de ser tenida en cuenta: “todo lo que he pensado es mentira; pero menos mal que me he dado cuenta tarde”. Mi trabajo parte de la hipótesis que Nietzsche a pesar que tiene un historial médico, susceptible de entrever relaciones entre su obra y su psicopatología, es un artista que a través de sus escritos encuentra el modo de llegar a ser el que aspiraba ser.
Ha pasado a la historia del pensamiento, junto con Marx y Freud, como un pensador de la sospecha. Mi interpretación asume que su sospecha es constructiva. Freud asumió que el inconsciente determina el consciente (teoría del iceberg), mientras Marx fue capaz de ver las contradicciones del capitalismo. Nietzsche entendió la ficción de nuestras creencias, pero no sucumbió al nihilismo.


El creativo y el control de la información

El creativo presenta un tipo especial de control de la información:
            a.- Cuestionamiento
            b.- Alternativas
            c.- Provocación
Cuestiona el orden vigente creando un nuevo orden. Así, el creativo propone algo no obvio, extraño o raro. Si la normalidad implica la adaptación o la homogeneización el artista tiene algo de loco en cuanto “piensa, siente, actúa y se expresa diferente”. Para la primera fase creativa se requieren unos determinados rasgos de personalidad que pueden solaparse con ciertas psicopatologías (el trastorno bipolar, la melancolía, el trastorno de personalidad narcisista…). Por otra parte, el creador o artista es un pensador constructivo. Propone una “nueva forma de mirar”.
En la primera fase, del cuestionamiento el creador tiene que enfrentarse con la soledad.

"Saber que nadie escucha a nadie. Nadie sabe nada de nadie. Que la palabra, ya, en sí, es un engaño, una trampa, que encubre, disfraza y sepulta el edificio de nuestros sueños y verdades, todos señalados por el signo de lo incomunicable"
(Los emisarios, 1984)

Desde mi punto de vista, la idea clave de Nietzsche es la consciencia diáfana que la verdad es un constructo histórico.

La verdad es un conjunto de metáforas, metonimias y antropomorfismos desgastados por el uso

La alternativa creativa

Nietzsche recurre a un arquetipo universal: Dicotomía literaria y filosófica (Carl Jung, Thomas Mann, Herman Hesse). Hijos de Zeus:

            a.- Apolo es el dios del Sol, la claridad, la música y la poesía. La razón
            b.- Dionisio es el dios del vino (Baco), el éxtasis y la intoxicación. La emoción

Nietzsche -acérrimo enemigo de la dialéctica hegeliana (tesis, antítesis y síntesis) que es un método para alcanzar un orden histórico definitivo e inmutable- reivindica la constante lucha entre la naturaleza y la cultura. Sostiene que en Occidente existe una hipertrofia apolínea, una interpretación racionalista de la tragedia (que inició Sócrates) que esclerotiza la verdadera voluntad. La tragedia se define desde la hybris (desmesura); de un héroe que no cumple su moira (destino). Nietzsche, reivindica la posibilidad de un individuo creador; de un pensador constructivo.  
Su enardecida defensa del vitalismo se define por la reivindicación de la voluntad de poder, de la capacidad de llevar una vida auténtica –Píndaro, “llega a ser lo que eres”.

La voluntad de llegar a ser él mismo
Nietzsche lucho toda su vida por su independencia. Se sintió atado (por su hermana, por las obligaciones académicas) y decidió vagar en soledad. Sus debilidades le hicieron fuerte. Lucho hasta la extenuación para conocerse a sí mismo y actuar en consecuencia.
Desde su infancia toma conciencia de su extrañeza. Podemos señalar rasgos de una  personalidad esquizotípica. Es capaz de matar a Dios porque quiere trazar su propia singladura (afirma “creemos en Dios porque creemos en la gramática”, así matando a Dios se puede anunciar un nuevo evangelio.). Es un rebelde con un proyecto.


Historial médico

Nietzsche tenía una mala salud. Algunos intérpretes han planteado la hipótesis que su teoría refleja en cierto modo su historial médico (de la debilidad a la fortaleza). Sufrió de jaqueca crónica (con una gran miopía) y siempre buscaba buenos climas para su salud quebradiza (estuvo mucho tiempo en Sils Maria). Por otra parte, tuvo que dejar la Universidad y vivió durante mucho tiempo consagrado a su obra. Encontraba algo de paz y felicidad en sus paseos diarios, pero no logró alcanzar una vida de serena. Algunos autores han lanzado la hipótesis que su misoginia se cimentaba en dos hechos: 

a.- La manipulación constante de su hermana Elisabeth.
b.- Su pírrica vida amorosa. Nunca alcanzó la ansiada intimidad

No tiene hijos, no tiene pareja. Sufrió el rechazo de Lou Andreas Salome. Así, de la misma manera que Van Gogh se enamora y no es correspondido. La imposibilidad de establecer relaciones de intimidad acentúa la excentricidad, la introversión, tendencias proselitistas, rasgos fanáticos, desadaptación y tendencias al aislamiento, que se mantienen a lo largo de su vida. Necesidad de identidad, de no sentirse indiferenciado en la tribu. Igual que Munch, que tiene una necesidad obsesiva-compulsiva por retratarse, en Nietzsche encontramos siempre ese “yo”, que piensa y siente, que sabe de la verdad y se transforma en nuevo profeta. Verse, validarse. Se siente tratado de manera injusta. Estados de manía mayor productividad.
En el historial médico destaca la posible “sífilis”. Parece ser que la contrajo con una prostituta. La sífilis podría explicar su hidrocefalia y su final trágico. Algunos interpretes recurren a la anécdota de sus últimos días: abrazando a una caballo afirmó “cuánto más conozco a los humanos más quiero a los animales”.
Para el estudio patográfico podemos seleccionar variables psicológicas estructurales tales como estudio del Yo, el sentimiento de identidad, los instintos, la sexualidad, las relaciones y los vínculos y los mecanismos de defensa (Diaz Curiel, 1999) desde un modelo psicoanalítico y teniendo como referente la Teoría de las Relaciones Objetales (TRO) (Kernberg, 1976). La TRO representa el estudio psicoanalítico de la naturaleza y el origen de las relaciones interpersonales y de las estructuras intrapsíquicas que derivan de relaciones internalizadas del pasado, fijándolas, modificándolas y reactivándolas con otras en el contexto de las relaciones interpersonales presentes. Nietzsche tuvo una vinculación muy ambivalente con el compositor Wagner (también con su mujer), del amor al odio. Era un hombre de extremos: ansiaba que le acariciasen, pero rechazaba cualquier caricia… no permitía la compasión. Aguanto su rebeldía hasta que al final de sus día fue sucumbiendo a sus propios delirios.


martes, 28 de julio de 2015

Hurgar más allá de las apariencias: Pitágoras



Las fronteras entre el pitagorismo y el platonismo son porosas y entreveradas, hasta el punto que se nos hace difícil erigir diques entre los unos y los otros. Podemos considerar que cualquier autor o escuela nos ofrece un tapiz -una espesa urdimbre de elementos concatenados- para resguardar sus miedos, sus rabias, sus tristezas o sus alegrías. Ejercitando la imaginación –vistiéndonos con ropajes pitagóricos y platónicos- podemos entrever que en ellos anidaban dos emociones básicas: la emoción desagradable del miedo a la incertidumbre y la emoción agradable de alegría por sentirse poseedores de una verdad inmutable. 
Platón heredó de los pitagóricos la necesidad de hurgar más allá de las apariencias, aspirando a un mundo de esencias y de verdades inalterables. Así, se abre la veda a un mundo dicotómico: entre los que habitan, sin consciencia, en las sombras y los que avistan la luz. Piensan que la mayoría no puede zafarse de las penumbras porque sus ojos, acostumbrados a las sombras, se cegaran con la nitidez de la verdad desnuda.
La sabiduría es patrimonio de los iniciados, de aquellos que pueden deshilvanar las falsedades de los fenómenos. Así, se empieza desconfiando de lo evidente –de aquello que se impone de inmediato en la consciencia a través de los sentidos- para buscar la inmutabilidad en una razón que ordena el caos.
La escuela pitagórica distinguía entre exotéricos o novicios (divididos en postulantes o neófitos) y esotéricos o dotados de conocimiento interior, también llamados matemáticos. Hay una jerarquía, una escalera ascendente, donde están los que con su “mirada de halcón” alcanzan la cúspide y los que encadenados vagan con su “mirada de murciélago” en la oscuridad de su caverna.
Los esotéricos, los de “mirada de halcón”, se dividen a su vez en venerables, políticos, contemplativos y físicos. La posición elevada de los políticos implica la defensa de un régimen aristocrático donde el filósofo se convierte en rey. Los contemplativos son los matemáticos, que acceden al conocimiento en forma de símbolos, articulados en fórmulas codificadas y demostradas. Un peldaño más allá de los matemáticos están los físicos, que se ocupan de la mecánica, la meteorología, la geografía, la gramática, la poesía y la medicina.
Como poseedores de la verdad no escatiman esfuerzos por constituir una sociedad jerárquica, dividida en tres funciones sociales: productores, guerreros y jerarcas-sacerdotes. Los iniciados vivían para la causa, olvidándose de todo aquello que les apartase del camino hacía la sabiduría. Anticipándose al comunismo, vivían sin propiedades compartiendo los pocos bienes que poseían. Tenían un ideario vegetariano porque creían en la metempsicosis (reencarnación en un animal), manteniéndose firmes en una férrea gramática de la obediencia.
Los pitagóricos alcanzaban la sabiduría con disciplina y orden, obviando tanto los desvaríos de la imaginación como las ensoñaciones de la fantasía. La interrogación sobre el peso de los números en la tarea del pensar ha jugado un papel primordial en Occidente. La fascinación por una sabiduría ajena a los intereses espurios, que permite predecir el orden de los acontecimientos y, asimismo, erradicar el sufrimiento no es un asunto trivial. En cierto modo, el miedo a la incertidumbre impele a la búsqueda, mientras la alegría del encuentro al adoctrinamiento (en el mejor de los casos) o en la tiranía de los sabios (en el peor de los casos).
  

lunes, 27 de julio de 2015

Poesías Julio

-->
Hijos del silencio


Liviano, sin sudores
sin pesos sobre mis hombros


En silencio, sin rastros,
apresando los instantes


 Licuando las espesuras,
aligerando las entrañas
con la maña de los amados


Sin pasado ni pesares
habitando los presentes



El artificio del mirar


Vivir es combatir,
una lucha desigual
entre estar y partir


La nobleza es sentir,
ganar o perder,
un artificio del mirar

viernes, 12 de junio de 2015

COMUNICACIÓN Congreso Psicoterapia Integradora Humanista

  • Título de la comunicación.
Asesoramiento filosófico en la Psicoterapia Integradora Humanista
  • Apellidos y nombres de los autores.
Santiago Villar Pallás
  • Nombre de la persona que hará la comunicación.
Santiago Villar Pallás
  • Afiliación institucional.
Grupo de trabajo Psicoterapia Humanista del COPC
  • Abstract
Introducción

La psicología, durante muchos siglos, ha sido un tipo de conocimiento que formaba parte de la filosofía. La filosofía, como una actividad que se plantea el sentido de la existencia humana, nos ayuda a entender la conexión de lo que pensamos, con lo que sentimos y con lo que hacemos. Así, nuestros pensamientos y emociones determinan nuestra conducta. Palabras claves: filosofía, emoción, conducta, psicoterapia existencial y psicoterapia integradora humanista.

Objetivo

Desde la Psicoterapia Integradora Humanista (PIH) nos planteamos acudir a la reflexión filosófica para dilucidar nuestra idiosincrática narración. Acudir a los pensadores para abrirse a diferentes perspectivas, para transitar nuevas sendas que nos permitan la máxima coherencia entre lo que sentimos y lo que hacemos. Basándonos en las fases de la experiencia propuestas por la PIH nos proponemos identificar qué corrientes filosóficas y qué pensadores pueden sernos útiles para superar los bloqueos y las distorsiones que se producen en las distintas fases. En la praxis, se pretende proporcionar una perspectiva filosófica al psicoterapeuta y herramientas conceptuales para su práctica diaria.


Método

Se propone poner en relación las fases de la experiencia propuestas por el PIH con los principales sistemas filosóficos. Desde una perspectiva histórica se ilustrará cómo las diferentes “miradas” se apuntalan desde lo heredado y lo anhelado. Inspirándonos en la psicoterapia existencial –fundamentalmente desde Yalom- nos plantearemos las diferentes herramientas que nos proporciona la filosofía para escribir y reescribir nuestro guión de vida. 

Poesías de junio

 
-->
El olor de la esperanza

Con tu risa de platino
engalanas tu rostro
Risueña, sonora, prodiga

Con tu escote sinuoso
apaciguas mi enojo
Entera, sorpresiva, bella

Iluminando el silencio
¡tú¡ altiva y sin miedo
cacareas tu ventura

Aupada en el firmamento
con tu vuelo majestuoso
desprendes el olor de la esperanza

Dadaísmo

El bebe dadá busca la mirada
con su balbuceo abraza la vida

Un rebelde sin causa
ajeno a los límites de la belleza

Amante del caos, de la incoherencia
Poseído por una escritura desatada


Bajando y subiendo la escalera

Pasan los días, y los años
todo fluye, sin asideros…
sin espacios dorados

Ayer, hace diez años, fantaseabas
con el rumor de las olas…
y hoy esas evocaciones son brumas

Bajando y subiendo la escalera
¡Hemos crecido sin darnos cuenta¡
como una impetuosa petunia…
sin memoria, sin nostalgia

Subiendo y bajando la escalera
sin llegar a ningún sitio
trampeado por un luminoso futuro…
malgastando el ahora

Conocimiento, amor

Nos liberará el conocimiento
tenuemente iluminará nuestra oquedad
el vacío, el espacio inhabitado

Nos salvará el amor
la esperanza de la soledad
el ruido, el advenimiento del idilio
                                  

Alícuota del deseo

Ganar al destino
correr sin miedo
sudoroso, exhausto
como un animal en celo

Fruto gozoso
de un territorio disperso
alícuota de un todo
libre, ausente del deseo