La vida es sueño, de Calderón de la Barca.: http://www.youtube.com/watch?v=9-
YNzv6aeSc&list=UUAQH04GK7-OfQC6nkzAucLw&index=5&feature=plcp
Su temática es
filosófica: ¿quién decide el destino o el carácter? Segismundo representa la
fuerza arrolladora de la voluntad (el carácter, el libre albedrío), que
finalmente se irá imponiendo al designio de los astros. Basilio representa al destino,
a lo que tiene que ser. Las fronteras entre la realidad y el sueño son
borrosas. De la luces del humanismo a las sombras del barroco. La excesiva luz
–el perfeccionismo, el antropocentrismo, el optimismo- tiene su reverso; un
despertar desengañado. Así, “sueña el rey que es rey” y un día tenemos que despertarnos
para darnos cuenta que somos hombres. Seres humanos que nos enfadamos, que
somos tanto demonios como ángeles. Nos atenazan las pasiones, las
inseguridades, las diferentes identidades, la necesidad de interiorizar el
honor… Al final, nos salvará el amor. La falta de amor nos hiere. Segismundo
puede renacer con Rosaura y Estrella: le permite saber que “yo soy quien soy”.
Los límites nos asedian, mientras la sed de eternidad nos define. De la prisión
oscura a la posesión de más vida, de más libertad. Darse cuenta que la luz
emana las ficciones (¿Qué es la vida? Un
frenesí/ Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción y el mayor bien
es pequeño: que toda vida es sueño y los sueños, sueños son). Yo añadiría que
ficciones necesarias, porque como Machado entendió: “todo lo que he pensado es
mentira/ pero menos mal que me he dado cuenta tarde”
El gran teatro del mundo,
de Calderón de la Barca: http://youtu.be/mpfLtR3kcBI
Escrito entre 1630 y
1635 nos permite acercarnos a la estética barroca (en la escena, el lenguaje y
los personajes). El tema principal es la analogía de la vida con el teatro. La
analogía, a diferencia de la metáfora, implica unas trabazón conceptual
estructural. La vida es un teatro y a cada uno nos corresponde un papel,
representar nuestra función para que toda la obra tenga sentido. Cuando un
personaje no cumple su función (persona proviene del griego “prosop”, máscara)
la función se resiente. Al principio de la función nos vestimos de una
determinada manera para desvestirnos al final de la función (“hay una entrada y
una salida”). Hay un trasfondo filosófico –la idea del mundo como
representación-, pero también hay una determinada valoración teleológica: la
brevedad y la inanidad de la vida.
Por otra parte, hay un
alegato contra los poderosos (rey, riqueza y hermosura) que con la muerte
segura los desmonta (Ya acabo tu papel/en el vestuario ahora/ del sepulcro
iguales somos/ lo que fuiste poco importa). Creo que una innovación a tener en
cuenta es el metateatro (teatro dentro del teatro).
El alcalde de Zalamea,
de Calderón de la Barca: https://youtu.be/V_I6j_ipyNc
El tema central es el
honor. Isabel, joven y bella, tiene dos pretendientes: Don Mendo (hidalgo) y
Don Álvaro (capitán violento y sin escrúpulos). Isabel rechaza a los dos, pero
Don Álvaro la viola. A partir de ese momento, la honra sólo puede ser resarcida
con el matrimonio o con la venganza. La venganza del alcalde (poder civil) se
enfrenta al estamento militar, que protege al díscolo capitán. En cuanto a la
justicia se produce un conflicto entre dos poderes y, por otro, lado hay una
clara referencia a un código moral que tiene que estar por encima de la
legalidad. El amor bascula entre un matrimonio con honra y los instintos
depredadores del capitán: no hay un eros,
ni siquiera una philia.
Con esta obra se
inaugura el mito del donjuanismo. Un determinado tipo de hombre que se burla de
las mujeres. Después de su primera conquista, Isabela en Nápoles (“soy un
hombre sin nombre”), huye hasta llegar a Tarragona. Allí, enamora a la joven
Tisbea, prometiéndole matrimonio. Al no cumplir su promesa tiene que huir hacia
Sevilla. Enamora a Doña Ana y mata a su padre. Finalmente en una boda campesina
enamora a Arminta, que estaba a punto de casarse. En la Iglesia se le aparece
la estatua del comendador que mató. Hay un final trágico, con la mano del
comendador conoce el fuego del infierno (“no hay deuda que no se pague, ni
plazo que no llegue”). Hay un tipo psicológico determinado. No hay perdón, su
soberbia, su falta de empatía, su aplanamiento moral, su incapacidad de apego,
su artimañas para la conquista o la utilización de la mujeres como una forma de
alimentar su deseos son rasgos que nos permiten entenderlo como un narcisista
con ciertos rasgos histriónicos y psicopáticos.
Por otra parte, el Don
Juan de José Zorrilla puede salvarse por el amor de una mujer (Doña Inés).
Podemos analizar la tensión de un barroco descreído, satírico y burlón con un
romanticismo que aspira a un ideal, a un perdón. La tensión entre un realismo
descarnado y un idealismo purificado nos permite comprender gran parte de la
producción literaria.
La Dama Boba, de
Lope de Vega: https://youtu.be/xye3LEPFOKY
En el juego escénico
contrapone dos tipos de mujeres: una culta (“bachiller”) y otra necia (“hacer y
decir desatinos”). Hay una antítesis de dos formas de ser y dos formas de
comportarse en relación al amor. Hay dos galanes y la historia alcanza su cenit
cuando la necia se enamora del pretendiente de la culta. En este momento se
produce una metamorfosis: la necia por amor se hace inteligente y culta. Junto
con el poder transformador del amor (“es inteligente y astuta”) se asocia la
capacidad del ser humano por edificar su propio destino. Más allá de las
condiciones dadas –que nos encadenan- las mujeres pueden alcanzar sus fines. El
amor se une a la libertad, a la posibilidad de escoger cada uno su propio
destino, trascendiendo de nuestras propias limitaciones (tanto personales como
circunstanciales).
Una comedia urbana. La
historia se sitúa en Valencia, en donde Leonarda –seudónimo de una mujer
valenciana que existió- es una viuda. Es una mujer culta, rica, inteligente y
bella. Se propone mantener relaciones a ciegas con Camilo, que tiene el mismo
nombre que su marido difunto. El amor carnal, sin visión, permite abrirse de
distinta forma al amor. Leonarda y Camilo se ven de día, pero Camilo no se
siente entusiasmado con la “viudilla intratable”. Después descubre a su amante
a ciegas (“Por quien soy, de vos me cubro”). Finalmente, acaba queriéndose y
amándose.
En esta obra conocemos
al personaje de Leonarda a través de sus reflexiones y con las miradas de los
otros. Vamos desvelando su identidad a lo largo de la obra y cómo el
sentimiento del amor lo justifica cualquier acción humana. El amor es
impetuoso, es difícil de controlar y arrasa con los vacuos impedimentos (“una
mujer con amor deshará todo el derecho”). La mujer tiene un papel protagónico,
el hombre queda relegado a objeto amoroso.
Entre Bobos Anda el juego,
de Rojas Zorrilla: https://youtu.be/O8EtJxc0AJI
El dramaturgo nos
presenta mujeres desbordadas y unas pautas de conducta ajenas a la moral
convencional. Inaugura la comedia del figurón, en donde se caricaturizan a
determinados personajes. La obra aborda un tópico frecuente: un matrimonio de
conveniencia, que el padre pretende para su hija Isabel. En escena aparecen
nuevos personajes: dos pretendientes en liza, que Isabel no los soporta. Ella
está enamorada de Don Pedro, pero tiene el inconveniente de ser pobre. Se
producen una serie de equívocos y brotan los celos. Los celos hacen que el
pretendiente rico, a modo de castigo, disponga el matrimonio de Isabel y Pedro.
Piensa el rico que les condena a la pobreza (“el amor acaba luego, nunca la
necesidad”). Se dirime el poder del dinero para comprar la felicidad y el amor.
Paradójicamente, el castigo se convierte en una bendición: ha triunfado el amor
por encima de la necesidad económica. Los valores que subyacen implican la emancipación
de la mujer, la posibilidad de escoger su propio destino y de un claro rechazo
de los matrimonios de conveniencia.