lunes, 31 de diciembre de 2007

La alegría

Unas alas azules me han dado la nueva y el silencio hiriente se ha evaporado.

Vestida de largo me ha sorprendido, abrazándome con su tul sedoso.

Las fragancias de la primavera han inundado mi adormecido cuerpo.

Es la alegría inexplicable y ansiosa que ha iluminado mi vida.

Una deidad magnánima me ha bendecido.

Con su fuerza titánica me ha rescatado de mi oscuro mutismo.

Con su luz nutritiva me ha enseñado el verdadero camino.

Con su grácil mirada me ha impelido a mi propio destino.

Es la alegría enigmática que bendice a la esperanza.

Un ángel alado sin sexo me ha enseñado el sendero.

Angosto, frágil, empinado y tortuoso.

Escondido entre la maleza del olvido.

Agazapado entre el miedo y el odio.

Es la alegría que se esfuerza por su supervivencia.

Un eterno joven con barba blanca me ha revelado.

La alegría de ser un ser humano.

El regocijo de transitar por el auténtico sendero.

La filia y la pasión por mi hermano.

Es la alegría que derrite a la tristeza.