Te he perdido mientras te buscaba.
Disfrutábamos del presente porque olvidamos nuestro pasado.
Mi única realidad fue la fuerza telúrica de tu presencia.
Y tú sabías que no teníamos futuro.
Te has ido mientras soñaba.
Nuestra quimera se desvaneció con la desfachatez de mi inocencia.
En mi locura de haberte apresado te esfumaste.
Y divagué con la perennidad de nuestras ilusiones.
Te has oscurecido mientras crecía.
Tan adulto como adulterado presiento la pena de tu ausencia.
Sucumbí ante la luz imperecedera de tu alma.
Y hoy las sombras son las que inundan mi ánimo.
Te has marchado mientras te amaba.
Empecé a desearte antes que quererte.
Vivía para relamerme con el aroma de nuestra vivencia.
Y el vértigo de tu distancia me sumió en la desesperanza.
Te has levantado mientras dormía.
Me costará despertarme, sentir en mi soledad tu olvido.
Volveré a buscarte para adormecerme.
Y no madrugaré para no extrañarte.
Te has ido mientras vivía.
Ahora sé que la promesa del mañana ha dado paso a la nostalgia.
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