La pena
Llorar para ahogar la pena
y hacer añicos la rutina de tu ausencia
Sentir el vértigo de tu eco persistente
para arrastrarte con un viento fiero
De cuajo, como un árbol añejo
para mostrar la entraña de mi herida
sin miedo a la flaqueza
Olvidarme
Olvidarme de tus amaneceres
alejándome de tus sueños
Hacerme sin tu amor
sin tu decir, sin tu olor
sabiéndote repleta de otras savias
impetuosas en tus adentros
Mirarte sin desearte
sin tenerte, sin poseerte
sintiéndote una extraña
deportada de mi vida
Despertarme exhausto y vacío
como si no hubieras sido
Ser un niño sin memoria
que habita el ahora
Estabas yéndote
Estabas yéndote, presintiendo el abandono
Te has ido, atrincherándote en el silencio
Sabemos de todo final, de la sangre del silencio
Extrañaré el eco de tu risa y me abrazaré a mi dios mudo
Te irás evaporándote, perdiéndote en mi frágil recuerdo
No hay comentarios:
Publicar un comentario