El despertar
Tu piel sedosa
lagrimea
los gemidos de la
dicha
Como atletas sin
aditivos
sin dolores, sin
esfuerzos
habitamos las
noches
Tu centro y tus
satélites
yerguen mis
desdenes
Como un alba
soñada
con la hora teñida
del sabor de tu
boca
Tú, espejo de mi
reflejo
reinas en mi trono
Profanadora de mis
adentros
sacias mis dolores
espesos
haciéndome digno
de mis deseos
Tintorería
Entre solapas y
braguetas
tiempos largos
Gentes de todos
los tiempos
pretéritos,
presentes o futuros
Olores solidificados
tintes entumecidos
Viajantes de
distintos acentos
fidelidad de los
no perdidos
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