viernes, 20 de abril de 2012

Tipologías de parejas en relación a su estabilidad y satisfacción

Existen dos objetivos en la terapia de pareja: sanar el vínculo o aceptar su defunción. En la mayoría de las ocasiones más allá de los objetivos manifiestos, es decir de aquellos que hacen que la pareja acuda a psicoterapia (reconstruir el vínculo, mejorar la comunicación, reconocer necesidades de ambos…), nos encontraremos con objetivos secretos (dar por finalizada la relación, complacer al otro sin querer renacer la pareja, un malestar individual que se agazapa en la pareja…).
Existen varias propuestas para realizar un diagnóstico del tipo de pareja. Se propone la tipología de Jackson en cuanto las dos variables (estabilidad y satisfacción) las podemos analizar en todas las parejas. Así, la estabilidad se mide por el control que cada uno ejerce en la relación, mientras la satisfacción tiene que ver con la esfera emocional. La tipología que plantea es la siguiente:

A) Satisfactoria estable. Existen pocos desacuerdos en el seno de la pareja y hay gran capacidad para llegar a acuerdos. Aparentemente nos podría parecer una relación perfecta, pues implica que tanto en la esfera emocional (satisfacción para ambos) como en la esfera de la convivencia (el control de la relación) no se producen desajustes. Realmente es una tipología que no suelen manifestarse muchos problemas, pero puede que escondan una fusión excesiva o un acomodamiento por parte de ambos. La comunicación implica ciertos desacuerdos, ciertos tiempos de inestabilidad. El “nosotros” puede ahogar el “yo”
B) Satisfactoria inestable. Hay una clara vinculación emocional, pero hay un constante replanteamiento de la vida en común. Es una relación orgánica en cuanto implica mucho diálogo para llegar a los acuerdos. Es el tipo de relación con mejor pronóstico en cuanto implica mucha comunicación, y, a su vez, no se erosiona el vínculo. Existen desacuerdos porque cada miembro de la pareja con su idiosincrasia es capaz de llegar a un acurdo para satisfacer al otro y mantener el vínculo. Los “yoes” se esfuerzan porque se aman para formar un “nosotros”.
C) Insatisfactorio inestable. Es un tipo de relación que se redefine constantemente. Implica dependencia malsana y es la relación más enfermiza. Se podría comprender como “ni contigo ni sin ti”. No hay comunicación fluida, pero si hay cierta necesidad de mantener un tipo de relación que aún siendo insatisfactoria e inestable se mantiene. El “nosotros” nos mata, pero no podemos dejarnos.
D) Insatisfactorio estable. Es un tipo de relación muy común. Aparentemente es una pareja que a los ojos de los otros parece estable, pero que en su interioridad hay mucha insatisfacción. Es un tipo de relación que suele darse cuando priman los factores sociales por encima de los emocionales. Así, pueden ser muy comunes en determinadas culturas que potencian la comunidad en relación a la satisfacción individual. Son relaciones que se aferran a la autoridad externa (roles) para definir quien controla. Lo realmente importante es “imagen del nosotros” olvidándonos de los “yoes”.

Las dos preguntas claves que nos tenemos que plantearnos en relación a nuestra pareja cuando nos planteamos la convivencia serían las siguientes: ¿Puedo pasar toda la vida con esta persona? , ¿Puede ser la madre o el padre de mis hijos? . Quizá el error más común sea pensar que “yo la cambiaré”. Así, el cemento que une dos individualidades debería ser la “alegría por ser como eres”.

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