martes, 10 de junio de 2008

ética

ETICA

1.- ÉTICA Y LIBERTAD

Kant: el hombre libre es aquel que se libera de las pasiones. Búsqueda de la voluntad pura.

Para Mill en una sociedad sin libertad no es posible la felicidad: sí los individuos no son autónomos y libres no es posible la felicidad (la dignidad que confiere la libertad es un requisito para la felicidad).

La libertad es un asunto tanto político y social como psicológico. Nuestros miedos nos pueden impedir ser libres, pero una ética normativa y no creadora impiden la maduración de la fuerza individual. La libertad no es la ausencia de la necesidad, más bien es la administración de la necesidad. A nivel social la libertad es la capacidad de llevar a cabo un determinado proyecto de vida persona, es decir la pluralidad de formas de vida pone de manifiesto la existencia de una sociedad libre. A nivel personal la libertad se refiere a la autonomía: a la capacidad de elegir nuestras propias esclavitudes y nuestros fines últimos. Somos libres de escoger nuestras propias esclavitudes y de liberarnos de aquellas que nos atormentan. La ética nos manifiesta a qué tipo de esclavitudes estamos sometidos y nos garantiza un dialogo para someternos a aquellas que realmente valgan la pena en relación a nuestro proyecto de vida.

Las teorías psicológicas que niegan o duda de la libertad son el determinismo neurológico, el determinismo ambiental, y el determinismo de la fuerzas dinámicas intrapsiquicas inconscientes. Las teorías psicológicas que lo afirman son las teorías de rescate y de la reinserción (problema psicológico en términos de protección), teorías reivindicativas o autodefensitas y teorías de la responsabilidad. Ha sido el paradigma humanista en psicología quien se ha centrado en una ética personalista que resalta la intrínseca libertad del ser humano.

2.- ÉTICA LIMITANTE Y ÉTICA GENERATIVA

Kant propone una ética limitante, circunscrita en los límites del imperativo categórico, mientras Mill sería el representante de una ética generativa que presupone que la felicidad de uno depende de los otros y sostiene que el sacrificio es limitante. Una ética limitante es la que se basa en normas, mientras una ética generativa es la que se fundamenta en aspiraciones. La felicidad es una aspiración y como tal genera acciones, mientras el seguimiento de las normas subyuga nuestros anhelos y por lo tanto es limitante. Buscar un equilibrio entre el orden (que proporciona las normas) y la creatividad (los hombres nos proponemos fines) sería el objetivo de una ética generativa. Se genera desde un orden, pero a su vez se tiene que considerar que el orden no es inamovible y podemos generar nuevos órdenes. La ética parte de lo dado para ir más allá de lo evidente.

Una ética que no propone la emancipación no deja de ser un código legislativo más. La ética generativa no trata de decirnos lo que no podemos hacer, sino nos impele para luchar por lo que deseamos. La sospecha que es el inicio de toda reflexión nos conduce finalmente al acuerdo. Una ética generativa presupone el dialogo, la convivencia, la aceptación de las diferencias y la posibilidad de crear un conocimiento compartido.

La ética no es sólo un conocimiento académico, es una la posibilidad de todos y cada uno de nosotros de llegar a un acuerdo de los valores que deben guiar nuestra existencia. Los valores finales (libertad, felicidad) son el motor que guía nuestra existencia, mientras los valores éticos (respeto, honestidad, solidaridad) son los que nos conducen y los valores de competencia (tanto práxicos –eficacia, rigor- como poéticos –confianza, creatividad-) los que nos permite implementar una verdadera ética generativa

3.- ÉTICA Y CONFIANZA

Para Hume nos ocupamos de los demás porque nos interesan, despiertan simpatía (solidaridad). Para Kant lo que nos hace que nos ocupemos de los demás es la voluntad pura: es un amor práctico a diferencia del amor patológico (que hay sentimientos). La ética para Kant es una carga (no es liberadora) porque piensa que el único motivo que lleva al sujeto a actuar es la búsqueda de justicia. La justicia es fría y difiere de la confianza que presupone la comprensión del “otro” (no el juicio del otro). Kant piensa que el hombre es egoísta y sólo sí se guía por una razón pura práctica podrá ser solidario y mostrar confianza con sus congéneres. Para Mill el hombre es benevolente y tiende naturalmente a confiar de sus semejantes. En base a esa confianza su postura es conseguir la felicidad para un mayor número. Realmente pensaba que en un mundo injusto no se puede ser feliz.

En Kant la ética es un discurso del deber ser y hay un desprecio a la felicidad tanto individual como colectiva. Explica lo qué deberíamos hacer, pero no el por qué?. Explicar el por qué tenemos que tener confianza parece más ética que nos impongan lo qué debemos hacer.

Son los griegos clásicos que entienden que el hombre feliz es un hombre bueno y piensan que para la felicidad no existen leyes, sólo máximas (probables incondicionales). Para Aristóteles la ética se funda en la felicidad y como el hombre es un ser social es evidente que no podemos ser felices sin la confianza que depositamos en los “otros”. Tenemos que tener confianza porque es el camino a la felicidad. Para Aristóteles el hombre no puede ser feliz sin ser virtuoso. La virtud conduce tanto a la confianza como a la solidaridad.

La ética presupone la confianza porque nos posibilita ver al otro como alguien semejante en su propia individualidad. Nos permite conocerlo sin temerlo, saber cuáles son los principios que rigen su existencia. La confianza nos exige el compromiso y la necesidad de dialogo para alcanzar acuerdos. La confianza es el cimiento de una ética poiética que proporciona tanto la supervivencia del sistema social como de cada individuo en particular.

4.- QUÉ ES LA ÉTICA Y PARA QUÉ SIRVE

La moral es un conjunto de normas, aceptadas libremente y conscientemente, que regulan la conducta individual y social de los hombres. En la moral se da un doble plano: A) Normativo: trata del deber ser. B) Fáctico: hechos que se dan independientemente como estimemos el deber ser. Lo normativo y lo fáctico no tienen porque coincidir. El acto moral supone un sujeto dotado de conciencia moral: con capacidad de interiorizar las normas o reglas establecidas por la comunidad y actuar conforme a ellas. El acto moral tiene un carácter normativo. La moral es un concepto sociocultural y como tal se circunscribe en un determinado contexto social, histórico y cultural. La moral con sus normas cohesiona una determinada cultura, pero como tal constituye una barrera para el dialogo entre distintas cultural. ¿Pueden existir una moral transcultural?. Sería la ética lo que nos proporcionaría unos principios que afectarían por igual a todos los miembros de la especie humana para alcanzar su felicidad. La ética sirve para que cada uno de nosotros, y la sociedad en su conjunto, podamos ser más felices. La felicidad no es un concepto categórico: uno no es feliz o infeliz taxativamente: la felicidad (igual que la infelicidad) surge a destellos, pero la ética puede crear una plataforma para que la mayoría pueda alcanzar un estado satisfactorio de existencia. La ética presupone tanto la libertad como la responsabilidad personal. La ética trata de buscar aquello que nos asemeja a todos los seres humanos sin menoscabo de respetar y fomentar las diferencias de cada individuo (que es lo que posibilita la existencia de la libertad). La ética regula tanto lo posible como lo prohibido. Sí nos fijamos en los aspectos coercitivos la ética podría ser limitante, pero la autonomía de cada uno de nosotros surge cuando nos sostenemos en unos principio éticos que aspiran a la felicidad.

La ética sirve para vivir en sociedad, es la amalgama que nos une y nos diferencia. Sirve para vivir bien, para saber a dónde queremos ir y cómo queremos ir. Nos permite entender que los valores no son incondicionados, a saber que los tenemos que tamizar a la luz de la experiencia. No solo permite sobrevivir, sino también vivir que añade al plus de dotar de sentido a la existencia. No se trata tanto de encontrar la verdad, sino de dotar de sentido a nuestra vida. La ética permite que el hombre llegue a ser lo que es: son los materiales que permiten construir nuestra propia identidad.

La ética conduce a una sociedad plural que acepta diferentes formas de vivir y busca el modo de limitar aquellas formas de vivir que no dejan vivir a los otros. Así, uno de los principios éticos fundamentales es el respeto y la aceptación del otro.

Los valores son unas brújulas que nos permiten orientarnos en nuestra vida y como tales somos educados en ellos. Podemos tener valores de máximos (aspiramos a transformar el mundo), de mínimos (conciencia moral convencional) y no tenerlos (que conduce a la destrucción de la sociedad).

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